Sí, sabemos que ya lo has oído cientos de veces, pero créenos, merece la pena repetirlo. Apaga el teléfono, olvídate de la colada o la vajilla y cierra los ojos mientras tu bebé duerme. Aprovechar esos momentos tranquilos cuando tu pequeño duerme puede ayudarte a recuperar tu energía, incluso si es solo por poco tiempo.

Si tiene pareja, asegúrate de compartir la carga nocturna. Turnaros para dar de comer al bebé, cambiarle los pañales y cuidar de él, de modo que cada uno pueda recuperar el sueño. Ya sea alternando el turno de mañana o durmiendo la siesta durante el día, repartirse las tareas nocturnas puede suponer una gran diferencia en el descanso de ambos.

Ser padres es un trabajo a tiempo completo, pero incluso los superhéroes necesitan descansos. Siempre que sea posible, dedica unos momentos solo a ti, ya sea una ducha relajante, un breve paseo al aire libre o sentarte tranquilamente a tomar una taza de café. No es egoísta darse prioridad a uno mismo, es necesario. Un padre bien descansado y con nuevas energías está mejor preparado para cuidar de su pequeño.