¿El sueño del recién nacido puede convertirse en un problema? Aparentemente, sí. Si te sientes abrumado por los caóticos patrones de sueño de tu nuevo miembro de la familia, no estás sola/o. Le pedimos a la matrona Maria Sahlin que compartiera lo que sabe sobre las noches de insomnio que acarrea la llegada de un recién nacido. Alerta de spoiler: no hay manual de instrucciones, pero hay luz al final del túnel.

Bienvenida/o a la burbuja del bebé

Acabas de volver a casa con tu pequeño tesoro y la vida que conocías ha dado un vuelco. A los momentos de alegría les sigue rápidamente el caos total: comer, dormir y despertarse parecen ocurrir a las horas más imprevisibles.

María tiene algunas palabras tranquilizadoras para los nuevos padres que se enfrentan a esta montaña rusa:

¿Cuánto necesita dormir un recién nacido?

Un hecho sorprendente: los recién nacidos duermen más de lo que están despiertos. De media, duermen entre 16 y 22 horas en un periodo de 24 horas. Suena de ensueño, ¿verdad? Pero la realidad de sus ciclos de sueño cortos y fragmentados puede hacer que los padres sientan que apenas han cerrado los ojos.

«Acabas de tener un hijo y, al principio, es posible que creas que has encontrado una rutina», dice Maria. «Pero es habitual que esto cambie con frecuencia. La duración de los periodos de sueño de tu bebé también puede variar, siendo más largos unos días y más cortos otros».

Por qué resulta tan difícil conciliar el sueño

Los recién nacidos duermen períodos muy cortos, normalmente de 18 a 20 horas al día, repartidas en 24 horas. Todavía no distinguen entre el día y la noche, lo que puede hacer que esas primeras semanas sean especialmente agotadoras para los padres.

«Un recién nacido duerme un rato, está despierto un rato y luego vuelve a dormirse, a menudo a cualquier hora», explica María. «Con el tiempo, tu bebé se adaptará a un ritmo circadiano más típico, permaneciendo despierto durante más tiempo durante el día y durmiendo durante más tiempo por la noche».

El hambre rige el horario dle sueño

En las primeras semanas, comer y dormir dominan el mundo del recién nacido. Sus diminutos cuerpos exigen una alimentación frecuente, que consume mucha energía y a menudo les hace volver a dormirse. Cuando vuelven a despertarse, suele ser porque tienen hambre.

María señala que este ritmo empieza a cambiar entre las 4 y las 7 semanas, a medida que los bebés sienten más curiosidad por lo que les rodea. Llegados a este punto, los padres pueden verse en la necesidad de calmar a su bebé para que se duerma más a menudo.

Los ciclos del sueño comienzan en el vientre materno

Los recién nacidos llegan al mundo con hábitos de sueño formados durante el embarazo. Lamentablemente, para los padres, estos ritmos no siempre coinciden con un buen descanso nocturno.

«Los recién nacidos tienden a mantener el patrón de sueño que tenían en el vientre materno», explica Maria. «La mayoría de los bebés son más activos por la tarde y por la noche y duermen profundamente por la mañana temprano».

Este desajuste puede resultar frustrante, pero María ofrece un rayo de esperanza:

«Ten paciencia con el sueño: poco a poco, tu bebé empezará a dormir más horas por la noche. Cuando tenga un año, habrá superado por completo su ciclo de sueño de recién nacido».

No te rindas, lo estás haciendo muy bien

Dominar el sueño del recién nacido es uno de los retos más difíciles para los nuevos padres, pero es una fase temporal. Con los consejos de experta de Maria y un poco de paciencia, superarás estas noches insomnio. Recuerda que el sueño de tu bebé mejorará con el tiempo, al igual que el tuyo.

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